Hace poco escuché en un programa radial el comentario de que cada día más los profesionales y las profesiones ven al ser humano como un fragmento, es tal la especialización de las profesiones que, por ejemplo, el médico broncopulmonar ve un pulmón y no a una persona. Le encontré mucha razón, creo que fue Federico Sánchez que lo dijo en su programa de Oasis, si bien no es siempre así, es algo que está pasando bastante en la sociedad actual, se han perdido las ciencias humanas. Coincidió eso con lo que venía pensando en estos días sobre quién es un/a gerontólogo/a y cual es su quehacer.
He escuchado mucha veces decir a algunas personas yo soy gerontólogo/a, porque tomaron un diplomado en gerontología, o yo soy gerontológo/a, porque trabajan con adultos mayores. ¿Pero quién es realmente un/a gerontólogo/a? Creo que no es fácil de determinar, y seguro hay ensayos que deben hablar del tema, habría que preguntarle a Ricardo Moragas que opina él como maestro, pero yo desde mi humilde posición y juventud en la temática, creo que un gerontólogo debe cumplir con 3 cosas esenciales para llamarse así mismo como tal: estudiar gerontología (como posgrado, magíster, etc.), tener una cantidad de experiencia de trabajo con mayores en el tiempo (no se cuanta, yo llevo 12 años y a veces siento que es poco), estar actualizándose en forma permanente, tanto en lo académico como en las últimas tendencias, los temas contingentes relacionados con la vejez, etc.
Respecto a estudiar para ser gerontológo/a pienso que no basta con tener un diplomado de 120 horas para serlo, ni tampoco un Master de 1500, es que solo estudiar la vejez, ya sea desde lo académico o desde su aplicación práctica, pero quedándose en lo teórico no basta. El/la gerontólogo/a debe tener experiencia de trabajo con mayores, desde su profesión desde luego, pero además trabajando con equipos interdisciplinarios. Tampoco es a la inversa, no basta con tener experiencia de trabajo con mayores sin tener el sustento teórico gerontológico, que no es el mismo que cada profesional tiene desde su disciplina. Y es que la gerontología contempla muchas dimensiones del ser humano, porque no puedes entender el envejecimiento como proceso, la vejez como etapa, y al mayor como persona que vive esta etapa, sin considerar todos los aspectos del ser humano.
Lo que pasa es que la "gerontología es holística", debes contemplar aspectos sociales, económicos, políticos, de salud, educación, vivienda, psicológicos, espirituales, culturales, tecnológicos, familiares, entre muchos otros. Entonces parece que los gerontólogos tuviéramos que saber de todo un poco, o de todo lo que tenga que ver con vejez, más allá de la profesión de cada cual. Se podría discutir que no, que debes ser experto en tu profesión en el tema de vejez, pero resulta que a mi, como seguro les pasa a muchos, me preguntan desde temas de salud, de pensiones, recomendaciones de residencias, de médicos, de cuidadoras, temas psicológicos, de derechos, incluso éticos.
Yo creo que si bien cada profesión se debe enfocar en lo suyo, en su expertiz, es cierto que los gerontólogos debemos manejar muchos temas y es nuestro deber. Yo no le puedo dar consejos sobre una enfermedad a nadie, pero si puedo explicarle la importante de prevenir a los que están sanos, o puedo explicarle a un familiar de un paciente con Alzheimer lo pasa con su comportamiento y a qué médico especialista debe acudir a consultar para un buen diagnóstico, es más debo saber que médicos hay en Chile especializados en la enfermedad y donde atienden para derivarlo. Yo no le puedo decir a una cuidadora como debe movilizar a un postrado correctamente, pero le puedo decir que es necesario que aprenda a hacerlo de buena forma porque se puede lesionar y porque es parte de su autocuidado y saber que hay un programa de postrados en su consultorio y que puede ir la enfermera a casa a explicárselo o según sea el caso donde puede acudir. Yo no puedo saber cual es el mejor modelo de pensión para alguien que está por jubilar, pero le debo decir que es algo que debe estudiar muy bien antes de elegir, que debe planificar su retiro y que existen los asesores previsionales pertinentes que lo pueden ayudar. Yo no puedo indicarle una ayuda técnica a un mayor, pero puedo ver que su marcha es inestable y aconsejar que el kinesiólogo lo vea y le recomiende un apoyo adecuado para evitar las caídas, etc. Puedo ver que un mayor está polimedicado y explicarle que eso puede tener consecuencias en su salud y que sería recomendable que lo vea un geriatra que le hará una valoración integral. Yo no soy terapeuta, ni enfermera, ni médico, ni abogado, ni psicóloga, pero debo saber valorar de forma integral a un mayor para derivarlo al profesional pertinente, o a la institución correspondiente; debo saber discriminar que es más grave en cada caso, si la situación de salud, funcional, psicológica o social que está afectando a esa persona, porque derivándolo de buena forma puedo influir enormemente en su calidad de vida.
Entonces el gerontológo/a debe estar en constante preparación, actualizándose en forma permanente, no me sirve de nada el diplomado en atención gerontológica que hice el 2004, ni el de administración gerontológica del 2007, ni el Master del 2009, si no pongo en práctica lo aprendido y si no actualizo mi conocimiento día día en una sociedad que cambia de forma acelerada a pasos agigantados. Es que los mayores con que empecé a trabajar el año 2002, no son los adultos mayores de hoy, porque las problemáticas van cambiando, las necesidades van cambiando, las respuestas sociales cambian, la tecnología cambia, la medicina avanza, la cultura y la imagen social de los viejos cambia, cambia todo cambia como dice la canción. Y los mayores de mañana tampoco serán los de hoy, y si quiero seguir siendo gerontóloga no me puedo quedar con la teorías de los años 80s, ni de los 90s, ni con las actuales, debo conocerlas, pero surgirán otras, es más yo debería proponer otras y cuestionar las precedentes para una nueva era.
Finalmente algo clave: los gerontólogos no podemos trabajar solos!!! tenemos que trabajar en red. Yo necesito tener una red de profesionales de otras áreas que me ayuden a dar una buena recomendación a un adulto mayor o a su familia, o donde podamos hacer investigaciones o modelos de atención gerontológicos en conjunto, de forma interdisciplinaria. Necesito tener una red de enfermeras, de terapeutas ocupacionales, de geriatras, de kinesiólogos, de educadores, de economistas, de neurólogos,de psicólogos, de trabajadoras sociales,de abogados, de arquitectos, etc. que se dediquen al tema, que también sean "gerontólogos/as". Y si, es mi deber, tener conocimientos generales de psicología, de antropología, de salud, de demografía, de economía, de políticas públicas, de leyes, entre otros, porque no puedo opinar de vejez a conciencia si no tengo una visión global de la persona mayor y del fenómeno que está ocurriendo con el envejecimiento de la población. Y es que eso es gerontología, es lo bonito de esta ciencia o de esta "profesión", que miramos al ser humano como un todo, que es lo que se está perdiendo hoy en día y es que no hay que ser mayor para que te vean como un todo, lo eres desde que naces, por eso los gerontólogos/as decimos que una buena vejez parte desde la infancia. La verdad no sé si soy digna de llamarme gerontóloga, pero tengo claro que el gerontólogo/a se hace día a día, se aprende día a día...
Poema La Vejez de Vicente Riva Palacio Mienten los que nos dicen que la vida Es la copa dorada y engañosa Que si de dulce néctar se rebosa Ponzoña de dolor guarda escondida. Que es en la juventud senda florida Y en la vejez, pendiente que escabrosa Va recorriendo el alma congojosa, Sin fe, sin esperanza y desvalida. ¡Mienten! Si a la virtud sus homenajes el corazón rindió con sus querellas no contesta del tiempo a los ultrajes; que tiene la vejez horas tan bellas como tiene la tarde sus celajes, como tiene la noche sus estrellas. Poema Desafío A La Vejez de Gioconda Belli Cuando yo llegue a vieja -si es que llego- y me mire al espejo y me cuente las arrugas como una delicada orografía de distendida piel. Cuando pueda contar las marcas que han dejado las lágrimas y las preocupaciones, y ya mi cuerpo responda despacio a mis deseos, cuando vea mi vida envuelta en venas azules, en profundas ojeras, y suelte blanca mi cabellera para dormirme temprano -com
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